Raúl Daniel

Por segundos eternos hiciste silencio (Espejo 47)

 

Por segundos eternos hiciste silencio,

luego les dijiste que no me  conoces...

y yo te miraba y pensaba en tu mente:

“¡No me niegues, Pedro!”

 

Te vi en tus arenas y en tus tristes redes,

(recuerdo), en tus ignorancias...

en esa pobreza que inunda tu pecho,

¡y en todos tus miedos!

 

Luego te invité a mi ministerio,

y fuiste caminos... y viste los hechos...

y aprendiste el amor que enseñé a los hombres,

¡que viene del cielo!

 

Ya no hay más tiempo...todo está resuelto,

lo dejo en tus manos y en tus sentimientos,

y, aunque yo sabía qué sucedería,

¡no es que lo quiero!

 

Si bebo la copa de fiero veneno,

si acepto la espina y el clavo de hierro,

¡es por el amor que tengo a los amigos!..

Por eso te pido... ¡No me niegues Pedro!