Donaciano Bueno

Nacer fue un accidente

Todos los días en este mundo nacen

mil millones de seres,

los hay de todo pelaje y pareceres,

unos, humanos, son hombres y mujeres,

vagando van por el mundo mientras pacen,

de pinta angelicales,

pero son animales

aunque ellos se autoproclamen racionales.

 

Gente hay que en nada cree y otra que reza

¡y muchos que bostezan!

pululan y/o tropiezan,

de salto en salto por la naturaleza.

Y así es que surgen los cardos y las flores,

los odios y te quieros,

los sueños de colores,

las bulas y los fueros,

igual que las alabanzas y reproches,

la luz, la oscuridad, los dias y las noches.

 

Nacen las florecillas

las aves y sus cantos,

la escarcha que va a las cosas más sencillas

cubriendo con su manto

a el dios que hace creer.

Mas ¿dónde hay que nacer?

¿y quién elige el lugar, quién la matrona,

si su madre virgen ha de ser o puta

de mente disoluta

y si ésta ha de ser fea o ha de ser mona?

Si su cuna rica ha de ser o indigente

por mor del dios clemente.

 

Tal es asi que nacemos y morimos

y en el mundo seguimos

y un sueño perseguimos

¡que nazca ya el siguiente!

Nacen los musulmanes

y también los cristianos

y los vegetarianos

y en la aurora boreal los bosquimanos.

 

Nacer aquí o allá solo es un accidente

y apropiarse del azar nunca hay derecho.

piensa bien, amigo mio y no saques pecho,

pues que para presumir tu nada has hecho

pudiste igual nacer aquí o en el oriente.