David Arthur

Una caída de nieve

 

Una cascada en cámara lenta,

cayendo al abrigo de la oscuridad,

en silencio;

ni siquiera despiertan los gorriones,

siguen durmiendo seguros en sus nidos de invierno,

en la desnuda arboleda.

 

Como la caricia dulce de un beso de mujer,

se cubrieron suavemente los bosques

con una maravillosa toga blanca de agua cristalizada;

una alfombra virginal,

violada por alguna zorra hambrienta,

al ser despertada por el aullido del búho centinela.

 

¡Qué belleza!

 

Esta repetición de uno de los espectáculos de la naturaleza,

como si alguna estrella fugaz

hubiese sembrado sus lágrimas,

fragmentadas millones de veces