Fátima Virgen.

Casualidad.

Las casualidades llegan...

como los atardeceres...

como los buenos días

y como tus ojos verdes.

 

Las casualidades llegan...

cuando menos esperas

cuando no buscas nada

y todo lo encuentras.

 

Cuando todo pierdes

y sin nada te quedas

cuando tu boca seca

pide cascadas...

a mi piel necia.

 

Te escribo en tinta y papel

lo que una vez fué

el vivir de nuestro ser,

pues no olvides mi bien,

lo que nos tiene preparado,

este mundo que gira

entorno a nuestros pies.

 

Las casualidades llegan...

como el universo conspira

¡¿y qué hago vida mía!?

¡si me gritan tus manos entre las mías!

 

Pues no fue en ningún sueño

fue en otra vida

que yo ya era tuya,

tuyo el momento.

 

Enrollemos nuestras vidas,

en tus brazos y piel tan fina

ahoguemos en cada pecho 

el dolor de los momentos,

¡qué aunque no quiera te cuento!

¡quiéreme con secretos!

¡desarmada y sin fundamentos!

 

Vén y formemos acordes

de cada beso que nos demos

hagamos un desorden,

y luego con cautela arreglémoslo.

 

Respira de mi 

que yo de tu nombre

entra en mi alma

y no la abandones,

¡usa las palabras!

¡esas que me asombren!

y arma un trío

Dios, tu y yo

de nuestros corazones.