Marly Santana Garcia

Sólo por eso.

 

Fuertes como la brisa, no se ven, sólo se sienten en cada fibra del cuerpo y sólo por eso sabes que existen; con su fuerza refrescan el alma, dejan ver lo más puro que hay en nuestro ser y por esa brisa parecemos una ramita alegre que danza al ritmo del viento... de un lado a otro nos dejamos llevar confiando en su grandeza, en su pureza. Son como la lluvia, sentimos la primera gota que golpea suavemente nuestra cabeza avisándonos que llegó, hasta la ultima que nos empapa el cuerpo y el alma; son majestuosos como las montañas, así son los amores, algo que es natural al ser humano, y sólo por eso existimos; son la razón de nuestro despertar, de nuestra vida, de nuestro andar, cuando perdemos algún amor se pierde también ese espacio que ocupaba en nuestro interior, no porque lo olvidamos porque el ser amado nunca es olvidado, es por el dolor que resquebraja en nuestro ser el haberlo perdido y cada vez que lo sentimos nos duele profundo. Cuando un amor consigue convertirse en eso en amor, sólo por eso nunca más sale del alma.