Maria Isabel Velasquez

*** UNA TARDE CUALQUIERA ***

 

 

La tarde fría y gris,

 

con nubarrones que se deshojan,

 

gota a gota se fueron colando

 

en cada rincón del alma,

 

añorando días espléndidos,

 

de primaveras pasadas.

 

 

La cortina de lluvia

 

empapó las ventanas de mi alma

 

y la neblina de mi sentir

 

opacó el corazón,

 

impregnándolo de una profunda nostalgia.

 

 

Y en mi alma sigue lloviendo

 

anegando de esperanza mis sueños,

 

que vestidos de nostalgia

 

me acercan poco a poco

 

a mi próxima primavera.