orlando guevara

Muerto en piedra

Tu ausencia se aproxima a la levedad de mi llanto, 

y no encuentro tus ojos, y no encuentro tu boca

y voy como queriendo descifrarte algo,

y voy como tú; ausente,  y dejo que las horas 

aparten de mis ojos el silencio eterno, de este mal letargo.

 

Tu voz  ya no es campana, ni trino que alborota

la sangre de mi cuerpo, como si fuera tuya,

ni el palpito que asoma del rostro  felizmente

ha dejado de verte , en la ausencia que perdura...

¿Cómo traspasa  el viento  la herida de una alma rota?

 

¿Dónde estará tu risa, de colores ahora mismo,

dónde si este cuarto ha perdido el colorido ?

y los rincones advierten, entre sus líneas el tiempo

deja que no me canse, de este corazón furtivo,

deja que la penumbra no me borre de tu rostro,

ni que el albor de tu pelo, despierte sin dar aviso.

 

Deja pronto que tu ausencia recorra otros cuerpos

que de vacío se visten, en los lugares inciertos,

vuelve a mi, vuelve a mi espejo,

que no hay rostro sin tu rostro

y los días van pasando y mis ojos son tus ojos

y la voz que va cambiando pide a gritos tu regreso.

 

Vuelve a llenar mi rio, que muerto en piedra se desgasta

y mis lágrimas no bastan, para correr a tu liño,

vuelve criatura humana, que el camino es el mismo

pero por favor no tardes, no permitas el olvido...