L' Sefer

Noches envueltas en tinieblas. (...)

Noches envueltas en tinieblas,
Tardes teñidas de cenizas,
Mis ojos con el hermoso brillo opaco,
El reflejo del sol muriendo en el ocaso,

Rastros de la treta perdida… (Vida)
Las calle ocultando la alegría.
Más no mis pasos y esta sonrisa,
Rojizo el sol de las cinco y media,

Otoño de luz cálida,
Hojas de esperanzas frías,
Seres que revolotean,
Las calles en penumbras,

El crimen en el corazón,
El niño ríe y destroza,
Existencia ingenua,
El cuerpo de simple hormigón,

El desespero se siente en calma,
La mueca de mi boca es el sello de la locura;
La piel también llora,
Grita, y se desahoga,

Un coche por estas calles festivas,
Sombras que caminan a mi alrededor,
Y soy claramente una de ellas,
Oscuro como el brillo en el reloj,

Destellos en las carrozas,
Vacías almas que todo ignoran,
El calor es un fascinante espejismo,
Que no trasmiten esos miles de cuerpos,

Se están pudriendo mientras sonríen,
Hemos perdido el horizonte,
Aunque el sol nos dad en la cara,
Aunque las nubes bajan del norte,

Soy parte de esta degenerada calma,
De esta tranquilidad que mata,
De esto que mi ser se excita,
De las lapidas que están vivas,

Otoño de luz cálida,
Hojas de esperanzas frías,
Seres que revolotean,
Las calles en penumbras,

El agua gota a gota pasa por la cara,
Al igual que nos toma la oscuridad,
Al igual que la tristeza por la mejilla,
Perdida de las ondas de la marea,

El frio pasa por mis manos,
Sin detenerle el calor escapa,
Algunos por el guante se decantan,
y así la piel tiene artificial fuego,

La cara contra el viento,
Los pómulos rojos al sol,
La lengua seca a la voz,
Respiración sin razón,

Brillos de la oscuridad..

Todo se ilumina,
Es hora de anochecer,
Las lámparas blancas y naranjas,
Las sombras se multiplican,

Ahora ya no hay niños,
Todos son adolescentes,
Y el que no, está en el televisor,
Se siente el olor excitante,

Y sigo aquí esperando en la luz,
Destellos de copas,
Risas que se transforman en burlas,
Presumen y gozan de su cruz,

Tras beber como niños de la teta,
El vino seco pasa por esas gargantas,
Y la mía baja un espesa saliva,
Que pasa tras el huesudo costillar,

Las mujeres presumen sus pechos,
Ellos intentan ser caballeros,
Midiendo el tamaño de su esencia viril,
Pero todo futuro parece estéril,

Aquí estoy en la mitad de la plaza,
Donde era el eje de un castillo,
Donde el amor era creíble,
la honestidad se palpaba en los ojos,
Y la vida era una treta o un simple juego

Ahora todos somos seres oscuros,
Que proejen una vida,
Llena de engaños, señores disfrazados,
Besos robados, violaciones a los sentidos,
Recuerdos de lo que éramos,

Somos seres opacos que gimen en la gloria,
Púberos que gritan todas la independencias,
Que se ven solos y chillan como crías,
Que del placer entre las piernas,
Es la decisión y la libertad de estos días,

Luces apagadas que destellan mi rostro,
Almas vagabundas que creen tener todo,
Embragadas en el amor de una noche,
Sofocadas con la resaca en la mente,


Superficiales llamas apagadas,
Que rodean al sol,
Tomad mi pupila,
Y dejadme ver la luz de mi interior.