Martín Nájera Barrios

LA NOCHE DEL POETA

Permanesco espantado en una soledad tremenda

a la hora en que los ruidos de la noche 

conceden una tregua al corazón meditabundo, 

a la hora de las almas en contienda;

a la hora en que deja de girar el mundo.

 

Todas las cosas aparentemente suspendidas,

en el momento clave del parto doloroso;

tan solo el alma cual corcel sin bridas

atraviesa este momento misterioso,

sin violar los pulsares de la vida.

 

Es la hora del verso, del parto y la agonía,

hora del sufrimiento del poéta sin suerte,

en el momento clave del parto doloroso;

en el momento supremo de dar a su poesía,

la vibración que lo salve del olvido y la muerte.

 

La creación de un verso, de una rima, de un poema,

en el momento preciso de la noche encantada,

puede dar sufrimientos, pero vale la pena,

si al final de tu verso, ya no existe la nada.

Fín.