Deja que te cuente el poema del bombero;
Cuando las llamas del infierno veo
Sin dudar se enfrenta por ayudar
A quien lo necesita y lo mandó llamar.
Enérgico, vivaz, aguerrido, batallador;
Cara a cara se enfrenta al sublime ardor,
Aunque a veces su temor reprime
Lo olvida, se concentra, y se mantiene firme.
Luego de ayudar regresa a su \"bomba\" querida
A preparar todo para la próxima salida,
Pues sabe que aunque héroe silencioso
Siempre hay que estar listo para salir victorioso.
En sus labios se dibuja la sonrisa triunfante
Pues sabe que aunque no llegue a comandante,
Siempre sentirá la satisfacción misericordiosa
De aquel que en su alma la paz reposa
Pero, cuando al hacer lo inhumano
No pudo ayudar al desconocido hermano
La firmeza su rostro tierno vela
Y por sus mejillas, quizás, lagrima se vea.
Pues, el desinterés lo mueve
El amor al prójimo lo conmueve
Y día tras día no cesa
De rescatar a los que del fuego son presa.
Bombero, hermano, no desmayes;
Aun cuando, en este mundo ingratitud tu ayes,
Recuerda que tu desprendimiento
No es otra cosa que el sacro juramento.
El que se lee en el escudo del Cuerpo
A pesar de todo permanece en el tiempo,
Este santo lema glorioso de lealtad:
“DIOS, PATRIA Y HUMANIDAD”