LIZ ABRIL

EL DON

Quien tiene la palabra... Tiene el poder.

Por eso es importante cuidar que no salgan de tu boca

palabras que puedan herir más que un puñal, porque a veces, las heridas del puñal pueden cicatrizar, pero las heridas de las palabras pueden quedar para siempre en el alma.

Las palabras una vez dichas... No retornan.
Las palabras pueden convencer más que un golpe.
Las palabras dichas en el pasado se las ingenian para volver a nuestro presente como un bumerang.
La mayoría de las veces no les asignamos el valor que realmente tienen...
Pueden dar esperanza, consuelo.
Trasmitir amor.
¡No las desperdicies!
Haz que tus palabras sean merecedoras de ser escuchadas o leídas.
Dios nos dio un don que no tiene ninguno otro ser sobre la tierra:
LA PALABRA