Hoy pinté una sonrisa en mis labios,
delineada en rojo vivo a fuego y canto,
y con un brillo angelical me fui escapando
remontando hasta el cielo que existe acá en mis manos,
¿Sabes?
He intentado comprender la estupidez de lo actuado,
tantas horas perdidas espiando en mi tejado,
tanto verso absurdo mancillado,
que locura; y ese ego desbordado.
Hoy, me río, me río tanto
y al reírme con el viento voy pensando.
¿Puede alguien que escribe con el alma?
¿Con la boca y la palabra ir blasfemando?.
Por poco a la hoguera fui enviada
a que ardiera en las llamas del averno,
flagelada en espíritu y el alma,
la poesía fue mi único sustento.
Hoy renazco y la vida me sorprende
como el ave mitológico emprendo vuelo.