Daén

Umbría

Me quiebra el castigo saber mi existencia

 

Pensar

que iré tras un mundo baldío

rodeado de angustias que aquejan a un dios,

aquel que pierde su inmortalidad por las tardes

               al quijar el vuelo de las gaviotas sobre un mar ardiente de cuerdas

                      donde se extienden las estrellas en sus anchas brazas.

 

regreso de la faena de pescador,

lanzo contras las rocas dos cuerpos de trigo;

abren sus alas las gaviotas y

corren al hambre de sus costas.

 

aquí está mi existencia

como los peses cortados entre las piedras

suplicando como los granos de arena

una oración tan mortal

 

Aquello

es solo la umbría ardiente que salta sombre las cosas

donde despierto vestido de cadáver

y de vacíos inmensos como los ojos de Ana

 

es la herida mortal del comienzo

para un Dios eterno

libertador de hombres.