Hazaña en Proeza
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Yo soy tu Dulcinea,
la que todo te endulza,
y tu mi Don Quijote,
que todo te lo inventas,
y Sancho la realidad,
cuando vives de imaginación,
y de locura por el tiempo,
en que tu dices,
que soy tu princesa,
!Ay, Don Quijote de la Mancha!,
que todo en ti te plancha,
a ser lo que tu crees,
y tus vestidos con yelmo,
y que te disfrazas,
de un caballero hidalgo,
como que tienes algo,
en tu pensamiento,
y que con sentimiento,
amas lo que haces,
y es tu hazaña en proeza,
que queda en recordar,
por el mundo de las letras,
en tu gran andar.
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Ay, Don Quijote de la Mancha,
que llegó a un prostíbulo,
y lo creyó como castillo,
y las prostitutas eran doncellas para el,
Ay, Don Quijote de la Mancha,
y un velatorio de un muerto,
y creyó que lo mataban la gente,
y era una procesión para enterrar al muerto,
Ay, Don Quijote de la Mancha,
que eran molinos de viento,
y no gigantes,
Ay, Don Quijote de la Mancha,
que Dulcinea era una labradora,
y no una princesa,
Ay, Don Quijote de la Mancha,
por leer revistas caballerescas,
se perdio su razon,
y su corazón quien amo intensamente,
a una princesa que en sus sueños ilusiono,
y Sancho Panza siempre te dijo la verdad,
y tu en tu locura te llevo a la enfermedad,
y por ti fue que aprendí a leer,
y a entender la vida de un hidalgo,
que quiso ser héroe, y lo fue en ilusión real,
y se enfrentó como todo un Don Quijote…,
y de la Mancha era el,
cuando a su amor una carta escribió,
y con dulce encanto Sancho la leyó,
Ay, Don Quijote de la Mancha,
héroe y soñador
y así fue su vida como caballero.
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