GuillermoO

Dos poemas dos

 

                 I

Elegimos estar sobre las voces de un tigre.

Un puerto final buscando presentimientos para no poder oírnos.

Te salvó una voz entre pajonales y miseria.

Me busca una luna como taberna roja.

Una pregunta hecha viento.

                    

                II

 

De todos estos inefables actos,

y también de esta huella perseguida,

no ha quedado más que un repartirme entre arenas.

Tocando bocas errabundas entraré a profesar mi miseria.

Acaso un colosal pedido de auxilio sea como una tormenta que no termine.

 

G.C.

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