Alejandra Diaz

En el muelle

 

 

En este muelle te conocí y  aun espero paciente tu regreso, en una tarde fugaz, mientas las gaviotas se sumergían apresuradas a la mar, me encontré con tus ojos serenos y tristes y tu sonrisa casi esbozada, tu piel morena y tu corazón sencillo.

Muchas tardes después, regrese con el alma ilusionada, con el deseo incoherente de encontrar en ti al ser místico que tanto anhelaba, a veces te encontraba y me perdía en ti. A veces mi espera fue en vano. Me refugiaba en los pescadores y en sus redes. El tiempo se volvía incontable así.

Un día mientras el sol se ocultaba y el atardecer mostraba sus tonos naranjas y rojos, escuche tu voz, tu voz que me buscaba con una simple pregunta. Mi corazón galopo por valles inmensos a un ritmo astral.

Día a día gane tu confianza.  Recorrimos la orilla, la mar besaba con su espuma a la arena, y nos zambullíamos de ola en ola a la libertad. Poco a poco buscaste mi mano y así en una noche tropical con sabor a sal entrelazamos nuestros dedos y así nuestros destinos.

Tú soñabas con volverte marinero, con recorrer los mares del mundo y yo solo quería soñar. Un día partiste en busca de una aventura y han pasado tantos años y me pregunto si en tu paso encontraste sirenas o sueños rotos. Y yo regrese al viejo muelle, y recordé  de pronto sin querer a tus ojos serenos.