kavanarudén

El puñal de la ofensa

 

 

 

 

El puñal de la ofensa desgarra mi alma.

 

Es cierto que quien te ofende no es quien quiere, sino quien tú permites que lo haga, porque le has dado el poder de hacerlo. ¿Cómo se concede ese poder? Con el darte a conocer, con el confiar, con el tener un cariño especial a las personas, en fin, con darle un espacio en tu corazón. Esas personas te conocen y te pueden ofender, a veces sin quererlo, lo reconozco.

 

Es cierto que son tantas las circunstancias que pueden mover a una persona querida a herirte: cansancio, el llamado y tan de moda: stress, la desilusión, alguna situación particular sea familiar o personal.

 

Ayer, un querido colega, al teléfono me ha ofendido. Cosa que no me lo esperaba. Traté de mantener la calma, no contestar en su mismo tono y hasta le pedí disculpas, ya que mi intención no era que se molestara. Por eso pedí disculpas, no otra cosa, ya que de verdad no era mi intención. Al final terminamos el trabajo que estábamos haciendo por teléfono. Tragué profundamente y seguì adelante. También él bajó la guardia. Era una cuestión de trabajo.

 

Nada que el dialogo no pueda arreglar, pero ahora me queda el sabor amargo. Nada simple las relaciones humanas, para nada.

 

Analizo ese sentimiento.

Es cruel, doloroso, hace daño.

Es sentir como un vacío al interno acompañado de un cierto ardor en el estómago. Te hace preguntar: ¿Qué cosa he hecho de mal? Siempre he sido claro y sincero con mis sentimientos, pero intuyes que hay algo más profundo de parte de la otra persona. Me siento con la sensibilidad a flor de piel, tengo la necesidad de poner la mano para “atajar” a quien se me acerca, ya que no quiero que me haga mal. Me quedo pensando, lelo, (como se dice popularmente), y me siento flotar.

 

En estos momentos quiero tener el mayor contacto posible con mis sentimientos, con lo que pienso y siento, para poder analizarme a fondo. He aprendido en mi vida que los sentimientos van vividos, enfrentados, analizados porque, siendo lo más humano que tenemos, nos puede dar pistas para conocernos aún mucho más.

 

El deseo más grande que tengo en este momento, es que esa persona se manifieste y diga un: lo siento, perdona, exageré. Quiero pensar que esto no se dará, ya que pensar que lo hará y no lo hace, sería ahondar mi sentimiento herido. Me gustaría que fuera una sorpresa.

 

Convencido estoy que la verdad está en el medio. Que si se ha dado esta situación también yo habré influido de alguna manera y eso estoy dispuesto a reconocerlo, esperando de la otra parte lo mismo. Si no, tengo mis ideas claras e eso es para mi lo que cuenta.

 

El mundo continua, tienes que seguir adelante como si nada hubiere ocurrido ya que los demás, jamás, deben pagar tu estado de ánimo.

 

Perdónenme amigos del alma, pero este es un espacio en el que me puedo desahogar, puedo escribir lo que siento y pienso, puedo desnudar mi alma sin temor. La escritura, para mi, es mi gran terapia. También respeto a quien pueda decir: ¿Y a mí que me interesa? Tiene también razón. Solo quiero compartir y quizàs poder leer otros \"pareceres\", otras formas de pensar y ver esta realidad que, a veces nos ocurre a nosotros mismos.

 

Un fuerte abrazo amigos del alma. Quien les aprecia y quiere. Kavi