Mario G

La calle nos juntó

Por estas calles donde se entretejían todas nuestras vidas,

nunca pensé que la tuya pudiera ligarse a la mía,

por un instante, eternamente o tan solo por un día,

has sido gloria, herida vieja pasión y dicha del alma mía.

 

Nadie lo sabe, sólo tú ahora, hace unos días,

y tengo miedo que todo pase como nube de un lluvioso día,

cómo la historia que no se escribe, como la noche para que llegue el día

como un cometa, estrella fugaz o quien sabe del cielo que algarabía.

 

Quiero que este beso prisionero no golpee más las rejas de mi pecho,

que al instante que le diste libertad, durara en nuestras vidas todo el tiempo;

y que el dolor que tiene tu alma, quede reducido a leve ceniza,

con la ayuda de mi humilde sangre, que al beberla, te hará olvidar lo malo y te dará la dicha.