gusmarit

Para ti...

 

Tu llegada fue una bendición,

que, como dice Sabina:

“duró lo mismo que duran

dos piezas de hielo

en un whisky o en un ron”

 

Te entregue lo que tenía y

recibí agradecida

lo que me ofrecías.

 

Fui totalmente permisiva,

como una invitación.

 

Te deje penetrar en mí,

sin ninguna condición.

De pronto desapareciste

y allí estaba Dios,

fuiste mi amante

y te hiciste para mi

casi indispensable.

 

Luego todo cambio

no quedaba nada para ti

y no había nada que pudieras darme.

 

Entonces me pregunto:

¿para qué insistir?,

dejemos todo hasta aquí.

 

Si tu llegada fue una fiesta

¿para qué partir con tristeza?

En lugar de guardar rencor

te propongo bendecir con amor

y hacer un brindis por lo que se vivió.

 

Aprovechando el whisky o el ron

que se enfrió,

por el hielo que se derritió.