Alexander Vortice

Ira, Desamor y Desasosiego

Soy consciente de que decidir expandir

la verdad de las cosas es tarea sobrehumana;

rasgar los folletos juveniles

y bramar en la noche cerrada, con luna de ojo-cínico,

con miedo al miedo de no entender tal sentimiento.

Vendrán muchos asegurando

que la demencia

era mi forma de vida; yo no diré nada,

estaré muerto y poco importará

mi loca definición de las cosas vivas

e inertes;

mas hubo noches –debo reconocerlo-

en las que mi alma salió de mi cuerpo:

Voló por montes de ida y por mares

de tempestades juveniles,

de dolores imperecederos.

Reconozco haber agarrado

una pistola de acero frío

y balas inciertas,

y haberla sujetado con la mano

fuertemente, hasta que el escozor huía

y me aseguraba a mí mismo

que valía la pena continuar viviendo.

 

…Fueron madrugadas sin destino,

madrugadas con ira, desamor y desasosiego.