kavanarudén

Noche dichosa

 

 

 

 

Lentamente desciendes cual digna dama taciturna,
tiernamente cubres todo con tu delicado manto,
tu silenciosa presencia es tan dulce como tu canto,
eres majestuosa, fina, elegante, sutil tu tacto.

 

Lánguidamente ofreces la bienvenida a los luceros,
las estrellas se asoman con su pudor y sobresalto,
la luna, la más bella, tímida, despliega su encanto,
enamorando con tenue luz de plata al pobre incauto.

Amante yo me confieso de tu cándida presencia,
tu pasar, un día más me recuerda que ha transcurrido.
Un día menos que me separa de mi amor querido,
del justo valor que debo dar a cuanto yo he vivido.