Ricardo_Manzanarez

Dos Días Con La Luna.

Mientras he visitado un fresco campo lleno de verde natural gozoso de un clima cálido, fresco y estupendo, mientras recorro ese hermoso campo lleno de fe y esperanzas alzo mi vista al cielo y veo al rey sol clamante y sobre potente. Frente a él lucía su tesoro apreciado, la princesa luna, muy coqueta me sonreía cada vez que la miraba. ¡Luna en el cielo!. Ayer la vi rodeada de bellas nubes que la adornaban y hacían lucir hermosa. (jamás me había visto, me ha dejado asombrado) mientras el día calla, los pájaros cantan, los niños ríen y la luna brilla.

–brilla luna en la obscuridad de mi camino, haz que éste día mañana sea el mismo.-

Y de regreso a casa no pude apartar mi vista del cielo, por tan solo verla, ella se sonrojaba, tanto que, cada vez más lucía mas rojiza y más brillante viéndose aún más tierna y hermosa; romántica y sumisa… la envidia de todas aquellas.

 

En la adentrada noche, ella vio mis párpados llenos de lágrimas, notó mi tristeza. (Maldita tristeza) se entristeció por mí, se escondió  entre las nubes, lloró levemente mientras yo me escondía de pena bajo el techo de mi casa. Caía su llanto mojando los jardines de mi patio.

 

Cuando el cielo ya esclarecido aparecía a media noche tan de repente, la luna sonriente, sonriente como siempre esperaba verme pero ésta vez solio suceder que me acurrucó mientras yo dormía, me durmió en sus brazos, y sin darme cuenta se marchó en la noche fría, dándome un adiós y un beso en mi mejía.

 

En un día más de mi vida he amanecido contento y alegre pero triste a la vez, pues no supe de quien me cuidó esa noche, creí haber soñado, mas no quise contarle a nadie.

 

Quise ver nuevamente a la luna coqueta,

 Hija del sol naciente.

La más hermosa luna es ésta,

Para verla tengo que ser paciente.

 

Decidí esperar la hora y vagar por el mismo campo, el lindo campo, el fresco campo lleno de un verdoso natural donde la preciosa fauna se regocija al igual que mis ojos al apreciar una flora muy vistosa, llena de intensos colores, un fragante manantial, un rocío entre los arbustos y en el cielo una hermosa luna colosal.

 

Dichosa ha sido la clemencia de un porvenir

Que he pedido a Dios con mucha fe y esperanza.

Ansioso y alegre esperando que la luna vuelva a salir

Vistosa con un revuelo (con ansias, con ansias.).

 

Dichoso he sido por admirar tanta belleza jamás vista entre la flora radiante, entre el rocío de los arbustos y entre los pámpanos observo al cielo al escuchar un llamado de una voz melodiosa y divina que incesantemente susurra:

-Príncipe de las hadas, de la flora y de la fauna, acércate, ven acá que quiero verte. Estoy ansiosa, estoy impaciente-

¡Al cántico de las golondrinas me maravillo al observarte! Es la luna que ha venido nuevamente. El rey sol radiante y más ardiente festeja en el cielo la alegría de su princesa, pues la niña bella encontró a quien le hace suspirar. ¡Luna en el cielo! Ella me saluda desde la inmensa azul celeste, rodeada y escoltada de nubes como un revuelo que se forman en el cielo desde oriente hacia occidente y a lo lejos un arcoíris lleno de una pluralidad de colores brillantes e incandescentes.

 

Subí a la cima de un monte para asistir a mi cita. ¡Luna en el cielo!

 -La tarde cae mientras aprecio tu belleza, el sol se aleja y a oscuras me deja.-

-No te preocupes. Mientras el rey se aleja yo seré quien la dulzura y la ternura siempre refleje, asi que dejémoslo sólo mientras él festeja.-

 

Mientras la tarde caía, el sol se marchaba, la luna brillaba y yo la observaba. Sentí que mi corazón saltaba de emoción al sentir el viento de oriente lleno de caricias, cariños y amor.

-Luna, tú que eres la hija del sol naciente haz que ésta noche sea para recordarla siempre.

Con una lira, una flauta y serenata. Un momento encantador.-

 

Al pasar tan corto tiempo pido ausencia a la luna pues la naturaleza me llama.

-Luna, discúlpame la ausencia repentina. Tengo que irme pero regreso al terminar el día.-

 

Pues la luna llena de celos e ira se esconde entre las nubes obscuras, llena de pensamientos soberbios y malévolos haciendo que el cielo entristeciera y que las flores ya no sonrieran. Es una tormenta malvada llena de dolor que se avecina.

 

El cielo está triste, la luna llena de ira y celos;

El alma ahora de negro se viste,

Y el arcoíris aun me saluda a lo lejos.

 

Al parecer la luna piensa de lo que yo no he hecho, si bien ella sabe que por ella me siento dichoso. ¡Luna en el cielo! La brisa del llanto de un cielo entristecido moja mi rostro, el viento sopla fuerte, pero, el rocío de los arbustos y el verde esplendoroso de los pámpanos desaparece lentamente al ver la tristeza sufriente de un amor deseado y frustrado porque a su final ha llegado. Ahora el arcoíris desaparece y mi alma en ésta tarde se entristece.

 

Con lágrimas en mi rostro miro al cielo a ver si te encuentro.

-Luna. Qué te has hecho? Luna. Adonde fuiste?

La luna se ha marchado, la luna ha partido.

 

Pues la luna se había enamorado (de mi se ha enamorado) ansiosa por tenerme, la luna, se ha frustrado tanto que ha llorado.

-Luna, aún no te veo. Por favor, sal. Quiero verte nuevamente, no tienes por qué llorar.-

La luna toda envuelta en un hermoso resplandor decide salir para verme nuevamente. ¡Luna en el cielo! La luna bella se notaba entristecida y lucía toda pálida.

-Luna. Por qué lloras? Ya he regresado a cómo te lo había dicho.

-Lloro de tristeza, pues si bien es cierto eres el príncipe de otra princesa.

-Luna clara, brillante y hermosa. Tú que estás rodeada de estrellas haz que ésta noche no sea de tristeza. ¡Oh hermosa luna rodeada de estrellas! Ya sécate esas lágrimas y empieza a cantar.

 

La hermosa niña, la princesa bella, así decide secar su rostro y canta melodiosas canciones de amor, (esas canciones que me coquetean). Mientras esa noche la pasamos juntos, la luna me habla diciendo:

-Todas mis canciones bellas son solo para ti. Te dedico lo más bello, ahora te dedico ésta blanca y linda estrella pues es la más brillante y al igual que tú, ella me hace suspirar.-

 

Tanto yo con pena y muy agradecido con ella decidí besar a la luna y abrazar a la estrella. Mientras el sol sale la noche termina. ¡Luna en el cielo!

-Será que vuelva a verte? En el cielo siempre te quiero ver. Anda, cuídame todas las noches, muy pronto creo que me podrás tener.-

 

Dándome un beso y una estrella, así hoy la luna se marcha.

-Cuando las golondrinas canten siempre acuérdate de mí. Ellas alegres con ansias juntos nos quieren ver.-

 

Y así la luna jamás volvió a salir. (Que tristeza)

-Adónde fuiste luna? Dónde pudiste ir?-

 

Cuando de pronto, un día escucho una voz divina que decía:

-Príncipe de las hadas, de la flora y de la fauna. Acércate. Ahora que ya no puedo verte quiero que veas al cielo con tus ojos castaños alegremente el recuerdo que te dejo entre las nubes, tu alma, tu corazón y tu mente. Quiero que cuando lo veas siempre de mi te acuerdes.-

 

Es un hermoso e inmenso arcoíris que se forma entre las nubes y el viento, de esos gigantes y hermosos que en mi alma siempre siento.

 

Luna. Tú que eres la hija del sol naciente

Creo que te has ido para no volver.

El sol se esconde mientras renaces en un cielo de oriente,

Hoy se que la noche es bella

Ya que de lejos te puedo ver.

 

¡Luna en el cielo! Cuándo podré crecer?

 

Ricardo Manzanarez (Nicaragüense)