Juan Senda

((((((( FUISTE MI TORMENTO )))))))

FUISTE MI TORMENTO 

 

Por la musa de mis ojos

 

por haberla conocido,

 

aquel momento de luna,

 

aquel momento divino,

 

pues mira querida MUSA

 

después lo que yo he sufrido,

 

pasaste a ser mi tormento

 

cual tesoro más querido;

 

no cesaba de mirarte,

 

cuando pues nos reuníamos,

 

dentro del rincón de plumas

 

entre todos los amigos,

 

para declamar los versos

 

cada uno con su estilo,

 

mas dentro de mi silencio

 

te miraba a lo escondido

 

y en esto eras mi tormento,

 

tormento y gran martirio,

 

por sepultarme tus ojos

 

al más fondo del abismo.

 

 

 

Pues padecía yo tanto

 

locura de amor en vivo

 

y enjambres de enajenado,

 

tormentas que yo he vivido

 

por no tenerte a mi lado,

 

y fueses el amor mío

 

y la mujer más amada

 

y yo para ti lo mismo,

 

y darme tu dulce boca

 

para ese beso infinito,

 

con mis ojos en tus ojos

 

y tus labios y los míos,

 

gozando la plena gloria

 

sin importarnos morirnos,

 

pero el destino ha borrado

 

lo que tú y yo sentíamos,

 

sólo mirarte y mirarte

 

cuando pues nos reuníamos,

 

mas cuando ya te  alejabas

 

tu sola por el camino,

 

perdiéndote en la distancia

 

mis ojos muy tristecillos,

 

y ya me sentía paria

 

y el más hambriento mendigo,

 

bajo un tormento amoroso

 

de trece años vividos,

 

llorando yo por mi sombra

 

en solitario y cautivo;

 

así viví mi tormento

 

así viví mi martirio,

 

y el temporal más cruento.

 

 

 

Que sólo yo he padecido.

 

por amarte tato y tanto

 

he llegado a estar sumido,

 

hasta llegue a delirar

 

por no tenerte conmigo.

 

 

 

Mas ahora te enojaste

 

desde tu débil juicio,

 

y humildemente te ruego

 

que vuelvas a nuestro idilio,

 

y volvamos a querernos

 

como lo escribió el destino,

 

y que vuelvas a decir:

 

“Para ti dulce amor mío”.

 

 

 

Volvamos a nuestros versos.

 

volvamos a ser los mismos,

 

queriéndonos como antes

 

como nos hemos querido,

 

y por este fiel tesoro

 

que los dos hemos tenido,

 

no quiero que lo abandones

 

por tanto que hemos sufrido,

 

vas a guardarlo en tu pecho

 

y en tu ego esculpirlo,

 

hasta el día de mi muerte,

 

y si quieres por los siglos…,

 

 así volverá mi sombra

 

al altar de mi  sacrificio

 

por un malhechor furibundo

 

el más feroz, cruel y maldito.