Donaciano Bueno

Yo también te quiero II

Tú ¡oh mi señor! que a tu imagen me creaste,
que en la cuna disfruté de tu presencia
no permitas que abusando de tu ausencia
en las aguas procelosas me devaste.

 

Que de niño protegiste mi inocencia
y evitaste que de jóven despeñara
consiguiendo que un futuro me labrara
trocando la sinrazón por la consciencia.

 

Tú, señor, que fabricaste el universo,
tan distinto, variopinto y tan diverso
que de paso diseñaste mi camino.

 

Hoy de nuevo a ti recurro, ser divino,
me desveles yo te pido en estos versos
si el futuro que me espera será adverso.

 

Y aunque fuera paticorto mi destino
ten piedad, aquí te implora este converso
haz que muela un poco más este molino.