Raúl Daniel

Hasta Ayer

 

Hasta ayer eras sólo una de tantas vecinas

que jugaba con muñecas...

o cruzaba la vereda de mi casa hacia la escuela,

una más, en un montón de niñas...

 

Hasta ayer...

 

¿Cuánto tiempo es veinticuatro horas...?

has de saber

que te vi en el almacén

esta mañana, haciendo compras...

y las notas que una radio prodigaban

te arrastraban sin querer...

y bailabas, exponiéndome tus formas.

 

¿Cuántos tienes... doce... trece...?

hasta ayer, tus trenzas rubias que se mecen

y tus moños se me hacían de papel...

hoy, la lluvia de tu pelo acompasado en el vaivén:

¡sol y cielo... oro y miel...!

 

A la tarde me encontraba, de mi casa, en la ventana,

esperando... y te vi...

te destacabas entre tantas escolares

con sus blancos delantales,

tú, ¡más blanca!, tú, ¡más rubia!,

tu figura, ¡más dotada!

 

Y me viste al pasar (que te miraba),

y tu cara, sorprendida y sonrojada

se agradó, y tu caminar cambió de pronto,

ya no saltabas...

y a medida que te ibas, tus caderas

adquirían lentamente

el vaivén de “La Lambada”.