Alfredo Daniel Lopez

El MENDIGO

 

 

Por un mendrugo de pan la testa gacha lleva

estira la mano, solloza, siente vergüenza;

en su cabeza agradables recuerdos archiva

de horas viejas, amigos del pueblo con  nobleza.

 

La gente camina igual, con la mirada altiva

no quieren saber, ¿porque pensar en la pobreza?,

vivir es gozar, esta escena vil les enerva,

personas sin alma, corazones con coraza.

 

Las horas pasan el frío cala, el viento silva,

el mendigo de rodillas continua, !Esperanza!

es su única compañía, pues no llega la dádiva

que sesgue esa cruel hambre que ahora le atiza.

 

Una mano amiga la coge, exclama !Estas viva!

la besa, le coge con cariño la cabeza.

Se levanta con la frente erguida, !por fin vida!,

se funde en un abrazo eterno, eso si es belleza.

 

No pedía limosna, no quería una dádiva

tenia mucha hambre pero no solo de comida, 

anhelaba sentirse ¡otra ves mujer viva!