Diaz Valero Alejandro José

Incoación coplera (Coplas Valeranas)

 

evidencio

en tu mirada tan clara

como si alegre miraras

mis adentros.

 

Cuando llego

ladra el perro del vecino

hasta parece adivino

¡de los buenos!

 

¡Vamos Vida!

dame retos que enfrentar,

y me verás batallar

sin medida.     

 

Azul cielo

que inmensamente te extiendes,

todos al verte comprenden,

que estás lejos.

 

Con la plata

puedes comprar lo que sea,

la gente que te rodea

es barata.

 

Un camino

sin curvas ni encrucijadas

nos deja cada pisada

sin sentido.

 

Carpintero,

dolor nunca imaginado,

ver tu hijo sacrificado

en madero.

 

Fresca lluvia

alimentas mi nostalgia

y logras que años de infancia

por ti fluyan.

 

Mientras juega

el niño acumula en mente

un futuro que en presente

se subleva.

 

Mira madre

el fruto que yo cosecho

por el cual hoy satisfecho

hago alarde.

 

Lluvia ven

dame franjas coloridas

para pintarme la vida,

yo también.

 

Ronca, ronca

el león en la espesura,

demostrando su bravura

              los afoca.              

 

Comprendiendo

la vida y sus ironías

soporté su hipocresía

riendo, riendo.

 

En la mesa

donde las cartas reposan

ganas de ganar retozan

en cabezas.

 

Transitorio

es el paso por la vida

donde a veces hasta olvidan

lo notorio.

 

Son ya tantas

las penurias y la penas

que nuestra propia existencia

se agiganta.

 

Padre santo

nos diste libre albedrío

aceptando el desafío

de insensatos.

 

Ya nada era

frente a esa enfermedad

su bello rostro era ya,

calavera.

 

El saberlo

tiene varias desventajas,

como la propia navaja

a tu cuello.

 

Bajan piedras

de la encumbrada montaña

pétreas lágrimas bañan

las laderas.

 

Muchas flores

después de lucir bonitas

lucen sus caras marchitas

sin rencores.

 

Chao, adiós

me voy por otros senderos

ya encontré mi derrotero

    y me voy.         

-----------------

Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela