jesus guzman

TENEMOS PRESIDENTA

“La mujer merece el voto,

El mando y la maestría”.

 

                       Dr. José María Castro Madriz

 

 

En reiteradas ocasiones los hombres tratamos por todos los medios de que la mujer este relegada a un segundo plano, mucho mejor aun, si logramos ubicarla en un tercer o cuarto lugar de la lista, olvidar sus logros e ignorar las luchas que han dado a lo largo de los años por sus derechos e igualdad de oportunidades en el ámbito nacional e internacional. Sin embargo,  existe una realidad ineludible ante los ojos de la humanidad, una verdad que pocos hombres han aceptado y otros tanto prefieren ignorar: la gran deuda histórica del hombre para con la mujer.

Esa mujer, madre, hermana, hija, esposa y lo más importante, amiga; compañera que desde el primer rayo de sol nos acompaña y vigila nuestro camino hacia la escuela, la universidad o hacia el trabajo diario. La mujer, nuestra maestra, pues incluso las mentes más brillantes de nuestra Latinoamérica no hubieran logrado nada de no haber sido por esa mujer, la cual ya sea en la escuela o en el hogar, con su amor y vocación nos enseño el camino de la honestidad y la responsabilidad.

Si he dicho todo lo anterior, no es para congraciarme con las mujeres, ni mucho menos para abonar un pago a esa gran deuda. No, si lo he escrito es porque me invade una gran felicidad al saber que nosotros los costarricenses hemos elegido como presidenta de la republica a una mujer, en medio de un proceso democrático hermoso, ejemplar para el resto del mundo, sin derramar una solo gota de sangre, donde sin importar el color político, las personas disfrutaron de esta fiesta cívica. Más de 60 años han transcurrido desde que una dama votara por primera vez en Costa Rica, y hoy, es una mujer, una madre, una hija, la que asume las riendas de este país tan hermoso.

Atrás quedaron los hombres rasgándose las vestiduras por la presencia de las mujeres en temas de política, quedo atrás esa frase tonta “la mujer es el sexo débil”, hoy son las mujeres, a pie firme y enaguas bien atadas, quienes van por delante del hombre, porque sin ellas no somos, hoy puedo decir con todo orgullo: TENEMOS PRESIDENTA.