LIZ ABRIL

DUERME

Quédate así... dormido, tranquilo en mi regazo
y que mi corazón sea canción de cuna,
vuelve a ser aquel niño, descansa entre mis brazos,
que no toque tu frente la pena inoportuna.


Recuéstate en mi pecho, con los ojos cerrados,
tu pulso acompasado en mi cuerpo latiendo,
que se impregne tu olfato de olores olvidados,
yo cerraré los ojos para seguir durmiendo.


No impidas que te habite la imagen de esas horas
en que volaba tu alma entrelazada a mi alma
y no era sólo un sueño como este sueño ahora...


flotaba entrelazada y los cuerpos fundidos
no eran crueles fantasmas que me roban la calma
sino realidad de amor correspondido.