Nelson Ramirez

Mi abuela

Mi abuela tenía un baúl de roble

Donde guardaba secretos de Canadá

Le ponía candado para que nadie supiera

Que en Toronto dejó, de su vida, la mitad

Mi abuela tomaba malta en botella y se reía

Como ríen las abuelas que son de verdad

Nos contaba historias del lago Ontario

Y decía que el día era más corto allá

Mi abuela nos cantaba cuecas en domingo

Versando unos aros entre las décimas

Le decía huevón al que no entendía

Que el mate era bueno para la edad

Mi abuela se teñía las manos con carbón

Y no le gustaban las empanadas sin ají

Ella silbaba boleros todo el santo día

Recogiendo cerezas para un budín

Mi abuela decía que vivió en La Habana

Y que había visto al mismísimo Fidel

Entregando palabras a sus nieto cubano

Cuando vivió unos años el exilio cruel

Mi abuela hablaba de su hijo Carlos

Orgullosa decía que había llegado a doctor

y en Noviembre celebraba su cumpleaños

Hablando de Teresa, de Nano y del Palito cantor

Mi abuela me daba una moneda para el pucho

y me retaba temprano si llegaba tarde

una vez me tiró un palo de leña por quebrarle

un vidrio de su vieja casa que se cayó.

Yo la recuerdo contenta en su última semana

retando al cura que quiso hablarle de Dios

pidió una cueca para despedirse

y se fue con un siglo de amores al panteón