... Y en la noche, escuchar los gritos del silencio de un corazón enfrenado, que no puede latir libre amando, sobre tu anhelado pecho desnudo ...
syglesias
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LOS GRITOS del SILENCIO:
Amanece, pretendiendo vivir un día mas de soledad, escuchando silencios de alcoba, acostado sobre una cama vestida la noche anterior de impecables sábanas blancas, humedecidas como la almohada con lágrimas de olvido por espacios y recuerdos sin tiempo de amor en ansiados brazos entre cuatro paredes y un techo, solo interrumpido el sufrir del condenado al desamor por una brisa que en ocasiones soplaba a través de la ventana, levantando caprichosamente la cortina, provocando el suave chirriar de la puerta mal cerrada del cuarto, dándome a creer vanamente que se trataba de ti, que llegabas sorprendiéndome con ese beso que fue negado, por adiós...
Amanece, con la misma tristeza de ayer, reflejada por el alma al despertar en mis ojos de espalda pegada al lecho, sin ganas algunas de levantarme, intentando borrar desesperadamente un pasado aun añorado que sigue atormentando con la ausencia, no dándome paz por misericordia a una mente saturada de sentimientos cautivos, que nunca ha dejado de pensarte un momento, buscando a Dios observando al cielo, para rogarle por tu presencia al ser Tú mujer amada la razón de mi existencia sufrida atado a una recamara sin luz y con pocas esperanzas del corazón, porque la alegría habida de una sonrisa en mis labios, te la llevaste contigo, cuando te marchaste.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 17/10/2014 10:30 PM.