amapolanegra

Reencuentro

Tan cierto como que es agosto día dieciocho, la luna había desaparecido y las estrellas apenas si se podían ver. Cualquiera que hubiese en empeñarse en encontrarla fracasaría en su intento. De modo que habría sido igual que buscar en un baúl sin fondo, si, eso habría sido indiscutiblemente. Comoquiera que la señora y la niña pasearon en la profunda oscuridad del cielo; comoquiera que las estrellas, en la ingravidez del universo parecieran lazos brillantes adornando la cabellera de alguna diosa, en las horas de profunda quietud todo se volvía un enorme lienzo con pinceladas pardas y plateadas y negras.

Entonces el tiempo, relativo, habría colocado a cada cual enfrente, y, la señora y la niña reconocieron su sonrisa y, admiraron desde un parterre repleto de geranios las horas de cada cual. Hubo entonces un encuentro de un pasado y un presente.