Cesar Ostenvida

MUJER DEL VESTIDO NEGRO

 

 

Tocar la estela negra de aquel vestido,

Si, ¿por qué no?

Entrelazar aquel dije plateado, ¡celoso guardián de tu cuello!

No importa como seas, una quimera inexplicable.

¡Has ganado me rindo ante ti!

Negro océano de tela languidece tu silueta, ¿qué importa?

Jamás la plenitud se había vestido de negro ante mis ojos

Tulipán eterno…

Florece dentro de mí