Isaias Medina Lopez

A LA BARRA DEL BAR DE MI PADRE

No es que la barra sea un hombre

pero es a lo más que se parece

 

No fue para reyes sentados

en grandes mesas construida

Cierta hora de los bares

nos recuerdan caballos atados a una cerca

y bohemios de piernas colgantes

simulan jinetes que se hablan desde adentro

 

Tras la barra alguien atiende poetas

seca las copas y atiende como padre

como un hermano distante

pero que al mismo tiempo es querido

sin ese porqué innecesario que aquí no importa  

 

En otras circunstancias nuestra barra

es sólo madero leño apoyo de la mano

que frena las caídas de un rostro

el nuestro tal vez

donde cualquiera sin esperanzas

se detiene para tomarse una sonrisa