Alexander Vortice

AISLAMIENTO

Primero estuve y más tarde fui.

No deseo que ustedes comprendan

por qué hay noches

en las que dormitan a mi lado

ojos de serpiente

y duendes de resbalón.

 

Cuando la vida llegó

lo hizo sin normas ni aderezos:

imaginé que lo bueno era bueno,

que no había que darle tantas vueltas

al ademán vital.

Después me rebasaron los deslices

y los falsos dictámenes:

enseguida decidí aislarme

y comer de mi carne

y babosear mis labios

y sentirme derrotado…

 

En ocasiones

no es nada malo

sentir el gemido de la muerte

en nuestros adentros,

en nuestros esqueletos de barro.