Alcibiades

Amor, ¿a qué se debe tu hastío?

Tan grande se ve nuestra casa, sin ti está vacía,
estoy dentro, a pesar me hallo perdido, nada encuentro.
Nada reluciente se ve, como cuando tú hacía,
sabiendo que tú no estás, en nuestra habitación no entro.

 

Vuelve el sol en la mañana sin conciliar el sueño.
Cociente soy que tengo una vida que continuar,
tu ausencia me delata y me siento aún mas pequeño,
ésta realidad me azota y está en todo lugar.

 

Deseo estar ante ti, ahora mismo frente a frente
y decirte todo lo que antes mi boca callaba,
me es tan difícil encontrar razón para perderte.
Alcanzar la meta a nuestros sueños tanto importaba.

 

Mucho tiempo ha pasado desde nuestra despedida,
añoro la inmensa alegría que me das, tú amor.
Cuántos besos apagados, tanta es noche perdida.
Azarosamente vago, nada tiene ya valor.

 

El señor de los fierros

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