Afelío

Dios creó al diablo.

Volví a fumar sólo por fumar y eso me entristece, por no saber controlar mi ansiedad en otro martes, desde mis trece, sigo atrapado en el trance, en el cauce de los peces y debates de yertos inertes, inermes frases chocan en mis dientes, derrumban los instantes, los agrestes sentimientos que me había formado, si siempre supe de lo fuerte del golpe pero no me hice a un lado, con la garganta hecha nudos y en nidos aún nado, aunado a Crátilo y su margen hablado, soy raro y profundo, callado si entiendo que es justo el pecado quién me ha transformado, sonido dorado, adorado en futuro del manto pagano, voy solo en el yugo sin alas y en vano, pero algo es seguro, si tendré que esperarlo en sentido provecto, terminaré putrefacto soplandole al viento e intacto en el tiempo resignado al impacto tras el final del encuentro.