Mi soneto ha querido ser un río,
un bosque iluminado por la luna,
una corriente tibia del estío,
un oasis pintado en una duna.
Ha querido ser rosa entre las rosas,
el trino amanecido del jilguero,
un vuelo de brillantes mariposas,
un paraguas abierto al aguacero.
En la nube que se lleva la brisa,
mi soneto ha querido hacer morada
que reciba el candor de su sonrisa
y el reflejo vital de su mirada.
Mas al final de un tiempo desteñido,
será una ocre hoja errando en el olvido.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.