Antonio Caro

Soledad

Es el sonido intermitente de un teléfono que nadie coge.

Esa parte de ti que ni me niegas, ni me das, ni me niegas.

Porque sabes medir el sentimiento que demuestras en dosis tan nimias que me saben a néctar de cariño.

Quiero encontrar un mar tan ancho y nostálgico que nos cubra y nos convierta en los ahogados mas enamorados del fondo del mar.

Donde los peces nos amen y nos devuelvan a la superficie de donde salimos la primera vez que mis ojos admiraron tú cuerpo y tú ser.

Deseo subir contigo una montaña tan alta donde nadie pueda llegar a criticar nuestro amor, un amor tan puro como el aire que se respira en su cima.

Lanzarnos en picado al vacío y que una nube de estorninos nos forjen una alfombra de plumas para que nuestro aterrizaje sea suave como vuelo del águila.

Atravesaría un desierto andando para demostrar el amor que siento por ti y que seas mi oasis de pasión, saciar mi sed de ardiente deseo de ti.

Encontrar la palmera que me de los sabrosos datiles que endulcen la suavidad de tu cuerpo saborear cada centímetro de tu piel.

Para que esa parte de ti que ni me niegas, ni me das, ni me niegas, pase a ser algo que desees con el mismo fervor y la misma pasión que siento yo por conseguir tu amor.

Que el sonido de ese teléfono por fin tenga contestación al otro lado, el sonido de tú voz.