L. Roberto M. Uriostegui

A Toluca de Lerdo

Toluca la bella, así le apodan a esta tierra

tan llena de verdad y fantasía,

de sutiles fríos y escasos rayos,

de personas que al llorar invocamos.

 

Toluca la bella, que a sus pies se encuentra 

su guardián perenne

cubierto el cuerpo suyo de aguanieve.

¡Llenando los caudales de agua pura!


Toluca la bella, y su eterno invierno

el agua congelada de la mañana

y el díafano rocío del verano.

Toluca: de tu gente me he enamorado.

 

Toluca, que llevas en tus alfeñiques

los colores de la vida

con la esencia de la muerte,

burlándo con azúcar a la suerte.

 

Toluca, la bella, tierra de los mosquitos

llena de canto y de altura capital,

mientras subimos el cerro del calvario

podemos ver de lejos la catedral.

 

Toluca la bella, tierra Matlatzinca y otomí 

con la hermosura de tus cerros,

y el color azul que hay en tus cielos

tierra mía ¡en tí he decidido vivir!