Quería que me sonrieran, que me escucharan, que me abrazaran, que me besaran, que me hicieran el amor. Quería encontrar a alguien que hiciera que me picara todo, que me nacieran detalles de un momento a otro, que con solo un beso hiciera que cambiara el ritmo de mi respiración y provocara miles de suspiros.
Lo único que encontraba era a mí misma vomitando una sopa de letras que nadie entendía, ni yo misma. El dolor lo había destruido todo, incluyendo mis labios, me enfermaba que siempre estuvieran morados y con rastros oscuros de sangre; mis ojos que siempre estaban vacíos y rojos, y mis muñecas que siempre estaban…bueno, no vamos a hablar de eso.
(...)No encontré a alguien así, encontré a alguien que me hace reír, que me escucha y quiero escuchar todo el tiempo mientras lleno de besos su cuello alguien que hace que se me erice toda la piel y haga que me pasen escalofríos por la espalda, que me nacieran detalles algo verdes y dulces, que hace que mi corazón palpite cada vez mas rápido y fuerte con solo una mirada o un beso, que quiero que conozca cada cicatriz de mi cuerpo, alguien que se fuma mis “te quiero”, que tiene su propia estrella, alguien que hace que me sienta de una manera inexplicable cuando leo parte de lo que hay en su cabeza, alguien a quien quiero llenarle el oído de suspiros, gemidos, de “te quiero”, de “no me voy a ningún lado”, de risas. Alguien demasiado perfecto para mí.
Deseé encontrar a alguien con quien compartir no sólo mi pasatiempo, sino más bien toda mi pasión.. Deseé darle a él mi único amor el más lindo y más sincero que un día pude tener. Deseé que fuera él, él único. No quería más.