Yo prefiero quedarme en la penumbra
sin vítores, ni gritos, ni alharaca,
al pie de la palabra que se alumbra
con la luz que en el verso la destaca.
Yo prefiero hablar con la poesía
que acaricia mi mente en la mañana,
trayendo como suave melodía
el trino de un gorrión a mi ventana.
El bosque donde moran mis sonetos
y bulle el agua, el ave y el ramaje,
esconde receloso mis secretos
piedra o flor recogidas en el viaje.
Sólo mi voz estalla entre la sombra
cuando es mi corazón el que la nombra.
Derechos reservado por Ruben Maldonado.