Mis amígdalas piedras
Mis madrugadas mandrágoras
Azul infarto en la cocina
Abajo el telón de la noctámbula fiesta
Amanece un réquiem cualquiera, mirándome
Desde la puerta por donde salgo despedido
De esquinas bifurcadas trifurcadas o infinitas
Del barrio risa y mal viviente
Yo indio al fin
Afino mis plumas y mis brebajes
Gasto latidos purpuras
Pero el fuego sereno ahoga mi fútil vicisitud
Harto hasta los tuétanos
De la vacuidad de la muchedumbre famélica
Viro mi mirada al sur
Sol naciente
Cóndor necio de dimensión incomprendida
atahualpa y pachakutec
paramaconi y guaicaipuro
Una cueca y un joropo
Cumbia villera y vallenato
Abejas asesinas y merengue
Plátano sancochado y aliado
Terminal de autobuses y gordos
Mujeres sensuales de entrañables consideraciones
Y en la parada me bajo de un piropo
y el bullicio es salsa brava
Y canto rap pa no dormirme
Claro que el sendero es cabalgata
Y la llanura un patrullero
Y los cachos del columpio risueño.
Si me miras pego brinco y la carrera
Si es muchacha guapetona y vanidosa
Y no por nada bajo leguas de terreno
Viaje onírico evolución y es por fuerza
Tambores, cánticos María Lionza
Los juanes y los dones chamarreros
Cualquier malandro te echa una mano
Y venga negra venga y venga
Que ahora es que hay fuego y también destino
Sábanas de vista perdida y patria oriunda de
Guijarros, porque no es empuñadura ni es espada
Es trabajo y beso en la mirada tierna
Con tu verso pinto estrellas y sonrojo
Al velero del amor incandescente
Siempre hay fuego que sople a su favor