Aún espero primaveras inútiles
y amores sin cortafuegos.
Aún espero… besos de amante
en lascivas noches eternas.
Este maldito bienestar es una trampa,
que me impide jugarme la vida
a pares o a nones, o a vivo o a muerto,
o a todo o a nada, o a blanco o a negro;
que me imposibilita decirte cuanto me gustas
sin importarme un carajo tus inevitables carcajadas
ni el posterior derrumbe de mi exquisito mundo.
Cuando tú quieras te dejo amarme;
sólo tienes que atreverte.
Una mirada tuya será suficiente
para derrocar , al fin, mi soberbia cobardía.
Pero quizás… sea ya demasiado tarde
… o no.