Sara (Bar literario)

Almas gemelas

Llorar con los ojos de tu pasado.

Escoger tu desnudez,

de crayones destruidos por la lluvia.

Amarte las vocales

que son dos pájaros aprendiendo,

a volar desde tu boca.

Uno a uno,

como si fueran varios los que existen:

El niño que tiene un carboncillo

y lo reserva a su mano adulta.

El joven llorando al ver la mariposa

muerta de sus poemas

y que es mujer conviviendo con él,

cuando la añora.

El adulto es esa sonrisa

que llega,

cuando el carboncillo

ha dibujado en la tiniebla

tu silueta atravesando

el color sepia de mi insomnio.