Alek Hine

A LA MUJER VALIENTE

 

(soneto)  

                      

 

                                     A Ann Druyan    

 

Me gusta la mujer audaz, valiente,

la que con eficaz filosofía

desecha toda vana fantasía

que implique un Ser, un Dios inexistente;  

 

la que no afirma un alma trascendente

por simple y ordinaria cobardía,

y acepta que hasta el Sol será de fría

estrella muerta, fosco remanente;  

 

la que no solo es flor con su fragancia

sino también palabra de sustancia,

lenguaje vigoroso, de virtud;  

 

aquella cuya brava inteligencia

no teme a los hallazgos de la ciencia,

pues busca, sobre todo, certitud.