Iven Marino Mesina

ATARDECER EN EL RÍO

Entrando la tarde, a las orillas del río,
El aire fresco, el aroma de los prados,
Con la suave brisa que acaricia,
Sentir, revolotear mi cabellera,
Sentir, el cosquilleo en mis pies
Sentir, el pasto húmedo y verde,
Sentir, el paso del afluyente río,
Sentir, nuestros cuerpos sumergidos,
En las aguas cristalinas,
Caminos, circundados entre las piedras,
Ramales, concluyen, donde desborda el río.
Solíamos jugar, en sus aguas, inquietas,
Disfrutando, lo que la naturaleza, nos ofrecía,
Hasta, no caber el corazón en el pecho,
Anhelándonos, rebosándonos,
Entre mimos, besos impetuosos,
Nos envolvíamos, en libidinoso ímpetu,
Nuestra entidad, atónitos, exaltados,
Por el afán que conlleva, ante el estupor
De los amantes, que deseaban regocijarse
En aquellos momentos, que incitaba,
El atardecer, de ese maravilloso día.


Iven Marino M.