Lina Padilla

ARTE POETICA

 

 

Letras infinitas, gritos silenciados, 

mares escondidos, hermosos bosques

con los que brutalmente, nos hemos asfixiado.

 

Como ignorantes anduvimos, 

reaccionando agresivos y escapando, 

sin saber que la vida es una escuela

sin diseño, en nuestro campo.

 

Ahora que llego a esta casa abandonada,

encuentro la lupa que me enseña

a mirar de manera diversa y compleja.

 

Una lupa que me lleva

por un camino distinto;

sonrío en lo perdido,

y busco en la selva mi nido de hielo.

 

Viento en el que reposo y me lleno de pasión, 

enloquezco, me pierdo y descubro

otro mundo, otra razón; otro amor

y otra tonalidad por cada semitono, por cada color.

 

Mi camino va transcurriendo 

mi visión va cambiando, 

mi vida se va complementando 

y mi corazón se va volviendo hielo;

se desarma y se arma, pero con

el viento lo sostengo.

 

Letras que se roba el viento, 

pero no se deshace de ellas;

me las guarda y los recuerdos

conserva, pero con cada mirada

una  visión me enseña.

 

Lodo se vuelve mi mundo 

ante mis manos, 

diseño ante el arquitecto, 

y ladrillos ante el maestro obrero;

edificar, vivir; crecer, formar

y en el arte con mi globo terráqueo, jugar, 

se ha vuelto mi diario vivir y mi vida noche. 

 

La noche en mi es permanente

y su esencia implacable, 

porque los días, minuto a minuto

se vuelven antaños en el mar.

El día, su esencia suele dejar

del viento cargar.