Vicente Martín Martín

Quizás entonces fuéramos

Quizás entonces fuéramos demasiado optimistas

y no habíamos previsto que la vida

discurre muchas veces

a través de la niebla

                                   y son las nubes

ese mundo velado en que se mueven la ambición y el deseo.

 

Hay algo que debemos haber hecho muy mal para que el mundo

se aburra de escucharnos y debamos callar

si nuestra meta

sólo es llegar a viejos

Porque puede que sí, que hemos perdido

todos nuestros afanes arrojando confeti y se ha quedado

muchas horas la luz a la intemperie mientras eran

los espinos juguetes de los vientos,

hemos visto

escaparse las aguas de su curso

y crecer el romero en las pedreras cuando no era su tiempo.

 

Siempre somos los mismos los que vamos naciéndonos los últimos

y ahora está

la belleza atrapada y ya no caben

más rostros en la cumbre y los extremos

no salen en la foto.

 

Si al cabo de los años volvemos a este punto

y los pasos andados y los miedos adultos regresan al principio

¿seremos otra vez el mismo niño

que ayunando de amores

jugaba a ser eterno?