La brisa mueve los hilos del tiempo
y ayer no es mas que hoy y no será menos que mañana
mas tus finos labios no dejan de repetir
que la arena del reloj baja lenta e inexorable
cuando las horas caen como hojas secas en la otoñada
de esta tierra que me atrapa y no me deja ir a tu mano tibia y pequeña.
Los silencios brotan como flores amarillas y olorosas
y acá espero sentada en una piedra musgosa
con un pasaje al cielo en mi regazo cansado y tibio
y con mis ojos pariendo dos ríos de corrientes furiosas.
A veces me perturba el misterio de un destino
pero se me vuela la memoria hasta tu lado
y me lleno de respuestas autocomplacientes
por que no quiero que me inunden las preguntas
que se atascan en mi garganta herida y amarga.
Acurruco entre mis dedos un pajarillo celeste
y le canto con notas de noche y estrellas
para que la desesperanza se caiga muerta
y no tenga corazón ni palabras
ni calor ni respiro
ni hambre ni sed
que solo se quede callado en la mortaja de mis dedos.
Este tercer invierno se hace eterno
sin tu risa en mi oído
sin tu sabia en mi boca
sin tu aliento en el mío.
Y dicen que un ángel muere cada noche
mas no habrá fin para ti amor mío.
CUANDO LOS SILENCIOS BROTAN por Elisa Golott se distribuye bajo unaLicencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.